Semblanza Prof. Dr. Alberto Riberi - Asociación de Cirugía de Córdoba
Por Favor seleccione la sección

Semblanza Profesor Dr. Alberto Riberi

Córdoba, 30 de octubre 2019,


Alberto Riberi, Profesor Consulto de la Facultad de Medicina de la UNC, nació en la localidad de Lehmann el 28 de junio de 1928 y falleció en la ciudad de Córdoba el 4 de febrero de 2016. A muy temprana edad, junto a sus padres y hermana, se mudó a la cercana ciudad de Rafaela, Provincia de Santa Fe. Como algunos hijos de inmigrantes que laboriosamente supieron colonizar la pampa argentina, ni bien completó sus estudios secundarios, se atrevió a tomar una decisión fundamental para su vida. Honrando el consejo y el esfuerzo de sus padres, con la firme ilusión de convertirse en médico, Alberto Riberi, vino a estudiar a la Facultad de Medicina de la UNC.

 

¿Cómo fueron esos primeros años en Córdoba? Pues bien, luego de destacarse en sus estudios de grado –uno de los mejores promedios de su promoción-, en el año 1954, Alberto Riberi obtuvo el título de Médico Cirujano. Como consecuencia de los mencionados méritos, en 1955, obtiene por concurso una beca de dos años para ingresar en la primera cátedra de Clínica Quirúrgica a cargo del Profesor Doctor Juan Martín Allende. Este, su querido maestro, por su ejemplaridad, se transformó en uno de los pilares fundamentales en el desarrollo profesional y humano del novel médico. Y así, en adelante, durante poco más de un lustro, fue que continuó su formación y entrenamiento dando los primeros pasos tanto en la práctica profesional como en la actividad docente. Por caso, fue designado Médico Cirujano del Servicios de Urgencia de Sanidad Policial del Hospital San Roque; al tiempo que, bajo la dirección del Profesor Allende, realiza el Curso de Cirugía en la Escuela de Graduados (1956-1959). Finalmente, debe asimismo mencionarse la posición de Ayudante Técnico en el Departamento de Cirugía Experimental en la Facultad de Medicina de la UNC.

En la década del 60’, la formación profesional de Alberto Riberi toma un impulso notable. En 1961, la misma se desarrolla en Europa. Habiendo obtenido una Beca del “Evangelischen Krakenhaus”, en Düsseldorf (Alemania), el joven cirujano es designado Asistente Extranjero en el Departamento del Profesor Werner Forssmann. No huelga notar que, por su aporte al cateterismo cardíaco, el aludido Profesor Forssmann era un reconocido cirujano que había sido galardonado con el Premio Nobel de Medicina en el año 1956. En el año 1962, patrocinado por el Gobierno de Francia, tras obtener otra beca por Concurso en la Facultad de Medicina de la UNC, Alberto Riberi se traslada primero a Paris, Francia y de allí, completa su periplo formativo en Roma, Italia.

En efecto, el joven cirujano logra ser admitido en el departamento de cirugía pancreática y de la hipertensión portal, en los servicios hospitalarios del Hospital Cochin -Facultad de Medicina de la Universidad de París-, a cargo de los Profesores Lucien Leger y Jean Louis Lortat-Jacob. Alberto Riberi, por lo tanto, permaneció durante un año en dicho lugar y tras haber terminado su período de entrenamiento, se instala luego en el Instituto de Clínica Quirúrgica del Policlínico Humberto I de la Universidad de Roma, bajo la supervisión del también reconocido Profesor y Cirujano italiano Pietro Valdoni.

Con la experiencia recogida, habiendo regresado a Córdoba, se reincorpora al Hospital Nacional de Clínicas. En este período, bajo la supervisón del Profesor Dr. Juan Martín Allende, Alberto Riberi aborda disciplinas y técnicas novedosas en nuestro medio. Así las cosas, como cirujano ya formado, tras unos años en esta ciudad, resulta nuevamente distinguido por el Gobierno de Francia. Por medio de una Beca de perfeccionamiento otorgada por dicho país, Alberto Riberi regresa al Servicio del Profesor Leger (1966-1967). Tras profundizar sus estudios y entrenamiento en aspectos vinculados a la hipertensión portal y cirugía pancreática, logra dar las puntadas finales a su Tesis Doctoral. Fruto de la investigación; tras haber cotejando resultados; luego de haber tomado razón de nuevas técnicas y posibilidades quirúrgicas y terapéuticas, Alberto Riberi presenta exitosamente su Tesis Doctoral en el Salón de Grados de la UNC. Y casi inmediatamente, también, traduce y publica la versión española del libro seminal del Profesor Lucien Leger: “Semiologie Chirurgicale” impreso en nuestra lengua con el tìtulo “Propedéutica Quirúrgica”.

Conforme lo dicho, la actividad de formación y la práctica quirúrgica de Alberto Riberi, fue sostenida y de calidad. A partir del año 1957 ya había participado regularmente en tareas docentes en la Facultad de Medicina de la UNC. Por otro lado, desde 1957 hasta 1972 se desempeñó como Profesor de Clínica Ginecológica y Clínica Quirúrgica de la Escuela de Enfermería de la UNC. Desde 1969 a 1974, se le encuentra a cargo de Trabajos Prácticos y Cursos Libres de Clínica Quirúrgica en el Hospital Nuestra Señora del Valle. Finalmente, desde1966 a 1972, fue Cirujano del Hospital Privado de Córdoba. Y no huelga notar que, luego de haber culminado su carrera docente, Alberto Riberi recibe el título de Profesor Adjunto de Cirugía (1969).

Desde esa fecha, entonces, y hasta el año 1974, Alberto Riberi se desempeña en la Primera Cátedra de Clínica Quirúrgica de la UNC. En tal calidad, en idéntico lapso, el nombrado dictó clase de Clínica Quirúrgica en Cursos Oficiales, Libres y Paralelos. Por otra parte, desde 1975 hasta 1983, asume otras nuevas responsabilidades docentes. Por caso, resulta designado en cuatro oportunidades Profesor Encargado de la Cátedra de Cirugía II, Unidad Académica de Cirugía n° I. En las restantes, lo hace como Adjunto en la misma Cátedra, dictando Cursos Oficiales, Libres y Paralelos de Patología Quirúrgica. Y desde 1983 hasta su retiro, Alberto Riberi, se desempeñó como Profesor Titular por concurso de la Cátedra de Cirugía II de la U.A.C. n° I de la Facultad de Medicina de la UNC. Por último, de entre todos sus premios y distinciones, quizás, merezca mencionarse el premio ACCESIT que, valorando el trabajo “Tratamiento terapéutico y quirúrgico de la hipertensión portal (1977)”, le concediera la Sociedad Argentina de Flebología y Linfología.

Pero hay otro hecho singular que merece mención y es el siguiente. Desde 1966 hasta 1980, fue designado Jefe del Servicio de Cirugía y también Director del Hospital Nuestra Señora del Valle -dependiente del Ministerio de Bienestar Social de Córdoba-. Durante 14 años, consolidó en dicha institución una tarea formidable; todo lo cual contribuyó a transformar ese nosocomio en un centro asistencial y de formación universitaria de primera calidad. Téngase presente, de paso, que en dicho hospital, el nombrado estuvo encargado del Servicio de Apoyo a la Cátedra de Cirugía II. Además, que en el período comprendido entre 1980 a 1985, fue asimimismo Jefe del Departamento de Cirugía del Hospital Tránsito Cáceres de Allende de la Ciudad de Córdoba.

Durante todo este largo período, siguiendo el ejemplo de quienes impulsaron su carrera, Alberto Riberi supo cultivar un fructífero vínculo educativo y formativo con diversos centros hospitalarios del exterior. En particular, con la república francesa. Gracias a sus oficios, el traslado, formación y entrenamiento de jóvenes cirujanos de nuestro medio, terminó consolidando una marca indeleble en los equipos profesionales que se prolongaron bajo su influencia. Y en este sentido, siguiendo la generosa impronta de los Profesores Allende y Leger, bajo su dirección académica, fueron asimismo más de una decena de tesistas doctorales quienes obtuvieron el título máximo con calificación “sobresaliente”. La dilatada y exitosa trayectoria de todos ellos -como de tantos otros talentosos cirujanos influenciados por su magisterio-, quizás; solo quizás, merezca ser interpretada como la síntesis final que corona el legado -y el principal orgullo- que Alberto Riberi pudo haber tenido.

El trabajo y el estudio permanente, fueron tal vez, las notas más visibles dentro de quien poseía personalidad más bien introvertida. Tuvo dos matrimonios y cinco hijos, dos de ellos, médicos también. Siempre quería volver a Rafaela. Le gustaban los autos y la lectura. Era un músico aficionado y talentoso. Más allá de ello, la medicina fue la más auténtica pasión de su vida.

Y una reflexión final: en un tiempo luminoso, donde el esfuerzo y calidad humanista de grandes maestros marcaron una época dorada en la Facultad de Medicina de la UNC, Alberto Riberi pudo acrisolar una sólida formación profesional y un compromiso inalterable con el arte de curar. Alberto Riberi amaba su trabajo y quería que las cosas estuvieran bien hechas. Junto a algunos otros notables colegas contemporáneos, Juan Martín Allende y Lucien Leger, siempre tuvieron un lugar privilegiado en su memoria. Todos ellos, sin lugar a dudas, fueron habitantes de un tiempo pretérito que ya no vuelve. Una época, claro es, donde la vocación asistencial y el compromiso con la educación universitario de excelencia, dieron a Córdoba –y al país-, merecido prestigio y reconocimiento.

 

AUTOR: Pablo Riberi